Existen bien definidos 4 estilos de crianza basados
en el modelo de MacCoby y Martin (1983):
A. Autoritario
Los padres creen que los hijos deben obedecer por
encima de todo, que deben actuar siempre de manera correcta según las normas
impuestas. Se sienten orgullosos cuando cumplen las normas sin contradecirlas,
pero se enfadan cuando los hijos muestran iniciativas que no entran en sus
planes. Por lo general, los padres autoritarios premian las conductas que
sobresalen, pero castigan y critican muy severamente las conductas que
vulneran sus normas. En consecuencia, los hijos tienen una idea de sí
mismos negativa. Actúan para evitar los castigos, no para conseguir sus
metas y pueden desarrollar ansiedad y sentimientos de rencor hacia los padres.
B. Permisivo
Los adultos piensan que los hijos deben aprender por ellos
mismos y que el hecho de ayudarles sería algo perjudicial. Se sienten
decepcionados si piden ayuda y experimentan orgullo si ven que sus hijos toman
decisiones por sí solos. Llevan a un extremo la filosofía de caer para aprender
en solitario, hasta el punto de no sentirse responsables de aquello que les
pase. Los padres permisivos tienden a ignorar los comportamientos adecuados
de sus hijos y no prestan atención a lo que hacen o dicen, ni siquiera se
interesan por si cumplen las normas. Este estilo de crianza genera dificultades
de aprendizaje relacionadas con el autocontrol, el autocuidado, las habilidades
sociales y la autonomía. Los hijos necesitan el apoyo constante del exterior
y se pueden mostrar ansiosos e inseguros.
C. Negligente
Los padres consideran que no deben exigir nada a los hijos y
no tienen la intención de responsabilizarse en ningún sentido. Se siente
indiferencia, raramente se expresan muestras de amor y no hay interés en
mantener la comunicación. Por ello el trato resulta distante e insensible.
Se trata de un estilo de crianza en el que no hay premios ni castigos y las
consecuencias se reflejan en las malas notas, los hijos no saben para qué
esforzarse, su autoestima queda empobrecida y experimentan importantes
carencias.
D. Democrático
Los padres reconocen que los hijos deben aprender unos
comportamientos y unas habilidades, respetando su autonomía y edad. Saben
que los hijos pueden pensar por sí mismos y de forma diferente a los mayores. Desean
enseñar que son capaces de tomar sus propias decisiones. Sienten
tranquilidad al ver que sus hijos crecen con normalidad, satisfechos al
observar que se comunican abiertamente y que van cumpliendo las normas que
establecen conjuntamente. Los padres que utilizan este estilo educativo, muestran
comprensión ante los errores de sus hijos, saben que los errores forman
parte del aprendizaje. Si hacen algo extraordinario, se les premia. Si
incumplen las normas, se les sanciona de forma firme y regular, aunque se
mantiene un buen clima de diálogo familiar. En consecuencia, los hijos
aprecian y respetan a los padres. Los hijos saben qué conductas son
adecuadas y cuáles no. Toleran mejor los castigos y tienen una excelente idea
de sí mismos. Su autonomía es alta y se sienten seguros, con iniciativa,
capaces de tomar decisiones y asumir las consecuencias.
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