El insomnio puede ocasionar otros problemas de índole
psicológica, como la depresión o la ansiedad.
Para tratar el insomnio, es importante conocer antes alguna
información relativa al sueño. Por ejemplo, ¿Sabías que el sueño es un
proceso involuntario? ¿Que se desencadena por sí mismo? ¿O que el insomnio
es más común en periodos de estrés?
Si nos esforzamos en dormir para acabar el día, podemos percibir
que de algún modo no conseguimos conciliar el sueño y si seguimos pensando que
no lograremos dormir, rumiaremos las consecuencias y en lo realmente cansados
que estaremos la mañana siguiente, lo cual nos invita a preocuparnos más y más.
Paradójicamente, todo esto conlleva cierta activación del
organismo y por tanto impide que aparezcan algunas condiciones idóneas para
relajarse, condiciones previas e indispensables para poder dormir. En cambio,
podemos conciliar el sueño de manera inesperada cuando estamos tranquilos,
leyendo o viendo alguna de nuestras series. Dicho de otro modo, la
activación nos mantiene despiertos, el insomnio es la dificultad para conciliar
el sueño a la hora que nos planteamos irnos a la cama y las intervenciones
que se plantean a continuación van dirigidas a favorecer las condiciones
apropiadas para entrar en un estado de relajación.
Si queremos mejorar nuestro sueño, tenemos que
conocer dichas condiciones y son las siguientes:
El insomnio puede ocasionar otros problemas de índole
psicológica, como la depresión o la ansiedad.
Para tratar el insomnio, es importante conocer antes alguna
información relativa al sueño. Por ejemplo, ¿Sabías que el sueño es un
proceso involuntario? ¿Que se desencadena por sí mismo? ¿O que el insomnio
es más común en periodos de estrés?
Si nos esforzamos en dormir para acabar el día, podemos percibir
que de algún modo no conseguimos conciliar el sueño y si seguimos pensando que
no lograremos dormir, rumiaremos las consecuencias y en lo realmente cansados
que estaremos la mañana siguiente, lo cual nos invita a preocuparnos más y más.
Paradójicamente, todo esto conlleva cierta activación del
organismo y por tanto impide que aparezcan algunas condiciones idóneas para
relajarse, condiciones previas e indispensables para poder dormir. En cambio,
podemos conciliar el sueño de manera inesperada cuando estamos tranquilos,
leyendo o viendo alguna de nuestras series. Dicho de otro modo, la
activación nos mantiene despiertos, el insomnio es la dificultad para conciliar
el sueño a la hora que nos planteamos irnos a la cama y las intervenciones
que se plantean a continuación van dirigidas a favorecer las condiciones
apropiadas para entrar en un estado de relajación.
Si queremos mejorar nuestro sueño, tenemos que
conocer dichas condiciones y son las siguientes:
A. Estados fisiológicos adecuados
B. Ambiente pensado para dormir
C. Rutina de relajación física y psicológica
Podemos
alcanzarlas mediante una buena higiene del sueño y a continuación, se exponen
una serie de reglas enfocadas a dicho objetivo:
ü
No tomar estimulantes como el café, el té o
bebidas de cola
ü
No beber alcohol al menos 6 horas antes de
acostarse
ü
Dejar 2 horas de margen entre la cena y el
momento de irse a dormir
ü
Establecer una temperatura de la habitación
constante, entre 18 y 22 grados
ü
Evitar ruidos y luces
ü
Antes de irse a dormir, escuchar música suave
y/o leer durante un tiempo
ü
Antes de irse a dormir, tomar un baño caliente
de unos 10 minutos aproximadamente
ü
No usar la cama para otras actividades como pueden
ser comer, mirar la televisión o hablar por el móvil
Aparte de esta breve pauta, existen técnicas que
pueden sernos de utilidad:
Podemos
alcanzarlas mediante una buena higiene del sueño y a continuación, se exponen
una serie de reglas enfocadas a dicho objetivo:
ü
No tomar estimulantes como el café, el té o
bebidas de cola
ü
No beber alcohol al menos 6 horas antes de
acostarse
ü
Dejar 2 horas de margen entre la cena y el
momento de irse a dormir
ü
Establecer una temperatura de la habitación
constante, entre 18 y 22 grados
ü
Evitar ruidos y luces
ü
Antes de irse a dormir, escuchar música suave
y/o leer durante un tiempo
ü
Antes de irse a dormir, tomar un baño caliente
de unos 10 minutos aproximadamente
ü
No usar la cama para otras actividades como pueden
ser comer, mirar la televisión o hablar por el móvil
Aparte de esta breve pauta, existen técnicas que
pueden sernos de utilidad:
A. Intención paradójica
Cuando la intención de conciliar voluntariamente el sueño
produce ansiedad y no nos deja dormir, nos planteamos lo contrario, nos
pedimos de no dormir, nos proponemos el objetivo de pasar la noche en vela.
Habrá un momento en el que posiblemente no aguantemos más y dejemos de estar
despiertos.
Cuando la intención de conciliar voluntariamente el sueño
produce ansiedad y no nos deja dormir, nos planteamos lo contrario, nos
pedimos de no dormir, nos proponemos el objetivo de pasar la noche en vela.
Habrá un momento en el que posiblemente no aguantemos más y dejemos de estar
despiertos.
B. Terapia cognitiva
Se trata de una intervención psicológica la cual examina
cómo los pensamientos influyen en nuestros estados de ánimo y nuestras
acciones. Si nuestra dificultad para dormir viene dada por nuestra manera de
pensar sobre un problema concreto, dicha terapia interviene sobre aquellos
pensamientos que están interfiriendo en el sueño para que razonemos de una
forma menos dramática, más realista y objetiva, reduciendo la tendencia a
preocuparse y las alteraciones emocionales que nos perturban por la noche.
Se trata de una intervención psicológica la cual examina
cómo los pensamientos influyen en nuestros estados de ánimo y nuestras
acciones. Si nuestra dificultad para dormir viene dada por nuestra manera de
pensar sobre un problema concreto, dicha terapia interviene sobre aquellos
pensamientos que están interfiriendo en el sueño para que razonemos de una
forma menos dramática, más realista y objetiva, reduciendo la tendencia a
preocuparse y las alteraciones emocionales que nos perturban por la noche.
C. Ejercicios de relajación
Para recuperar la calma, la respiración y la relajación
son ideales. Si aprendemos a relajarnos, aprenderemos a no ir tan activados
y los nervios podrán mandarnos estímulos tranquilizadores. Estas técnicas de
relajación permiten orientarnos hacia el reposo, ayudan a reposar nuestros
músculos y a reducir la intensidad de nuestros pensamientos. No obstante, para
preparar el sueño, se recomienda su uso en diferentes momentos del día y no
solamente a la hora de irse a dormir. La parte buena, es que estos ejercicios
son muy fáciles de controlar por uno mismo y nos resulta simple realizar
respiraciones lentas y profundas. Solo es cuestión de práctica y desde la
psicología se recomienda entre otras la relajación progresiva de Jacobson.
Para recuperar la calma, la respiración y la relajación
son ideales. Si aprendemos a relajarnos, aprenderemos a no ir tan activados
y los nervios podrán mandarnos estímulos tranquilizadores. Estas técnicas de
relajación permiten orientarnos hacia el reposo, ayudan a reposar nuestros
músculos y a reducir la intensidad de nuestros pensamientos. No obstante, para
preparar el sueño, se recomienda su uso en diferentes momentos del día y no
solamente a la hora de irse a dormir. La parte buena, es que estos ejercicios
son muy fáciles de controlar por uno mismo y nos resulta simple realizar
respiraciones lentas y profundas. Solo es cuestión de práctica y desde la
psicología se recomienda entre otras la relajación progresiva de Jacobson.
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