No hay nadie, o prácticamente nadie, que sea simple y
profundamente agresivo a la hora de comunicarse. Sin embargo, una persona que
tienda a comportarse exactamente de la siguiente manera, podemos considerar que
se trata de alguien que se comunica habitualmente con ataques, teniendo
en cuenta solo sus intereses, sin respetar los ajenos. Aquí también se incluye
la comunicación pasivo – agresiva, que al no terminar de dominar una de las
dos, la persona está callada pero expresa sus pensamientos y sentimientos
mediante métodos indirectos y sutiles, cargados de resentimiento.
¿Cómo es su conducta a la hora de relacionarse?
Podemos observar que normalmente habla con un tono elevado,
que habla precipitándose, interrumpiendo, haciendo uso de las amenazas y los
insultos. Reta con la mirada, aprieta los puños, mantiene una postura invasora,
no respeta el espacio físico de los demás y tiene tendencia a contestar.
¿Qué creencias tiene sobre las relaciones?
Por lo general, piensa que los demás deberían comportarse
siguiendo su punto de vista, de esta manera siente que no es tan vulnerable.
Para él todo se basa en ganar o perder, en ser ganador o perdedor y es capaz de pisar para sentirse victorioso. Cree que sus sentimientos y sus ideas son
importantes en comparación con el resto, que los demás no tienen derechos, o que
sí que tienen, pero no le interesa respetarlos. Estas frases podrían ser
ejemplo de las máximas que siguen en su día cotidiano:
“Tengo derecho a coger lo que quiero”
“Es horrible que las cosas no salgan como había deseado, el
culpable merece un castigo”
¿Qué siente al relacionarse?
La intimidación de sus palabras y actos, conlleva soledad,
culpa y frustración. Se puede sentir ansioso, incomprendido. Es posible que
tenga la sensación de no controlar su vida. Su autoestima se ve alterada,
motivo por el cual mantiene sus defensas a ese nivel, y su enfado aumenta
extendiéndose a más personas y ambientes, expresando abiertamente sus
sentimientos.
A consecuencia es fácil que la persona se encuentre
rechazada, que los demás huyan de su lado, y que construya un círculo
vicioso de agresividad, pues sin desearlo provoca que el resto nos violentemos
y él reacciona todavía con más hostilidad.
Sin embargo, es importante remarcar que la agresividad puede
venir dada por un sentimiento excesivo de vulnerabilidad o por una falta de
habilidades para afrontar las situaciones complicadas, no siempre se debe a que
la persona sea sencillamente “malvada”. Además, uno puede aprender a manejar
mejor su ira a partir de una serie de técnicas como las siguientes:
Técnicas conductuales |
Técnicas cognitivas |
-Cultivar el
sentido del humor -Técnicas de
control de la ansiedad -Tiempo fuera
y distracción |
-Detectar y
cambiar creencias irracionales -Autoinstrucciones -Acostumbrarse
a usar un lenguaje racional |
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