domingo, 16 de agosto de 2020

Tristeza y depresión: ¿Por qué no son lo mismo?

 


La tristeza es una emoción, algo que sentimos de forma pasajera y que no impide el desarrollo de la persona, todo lo contrario, cumple una función adaptativa. Las emociones en general nos ayudan a organizar nuestra conducta, nos motivan a seguir por ciertos caminos, nos influyen a la hora de tomar decisiones, informan de cómo estamos en este mundo, nos sirven.

Encontramos fácilmente la causa que provocó la tristeza, el motivo por el cual estamos tristes, sabemos qué ha pasado. Es cierto que la terapia psicológica puede ofrecer algunas ayudas muy útiles para comprender y manejar nuestras emociones, pero la intervención no es necesaria. Y sí, la tristeza puede ser un síntoma de la depresión, pero no el único.

La depresión es un trastorno psicológico muy serio que necesita recibir un tratamiento adecuado, no se trata de una simple emoción. De hecho, engloba muchos síntomas como los siguientes:

Cambios en el estado de ánimo: La instalación crónica de la tristeza es el cambio más común pero también es frecuente que se manifieste sentimientos de irritabilidad excesiva, sobre todo en la población adolescente.

Cambios en el sueño: Puede que sea más difícil conciliar el sueño, mantenerse dormido y despertarse antes de lo previsto, pero también es posible que afecte a la inversa, durmiendo más horas de la cuenta.

Cambios en el apetito: Puede que el apetito aumente o disminuya significativamente y por ello provocar un cambio también en el peso corporal.

Falta de interés: Se ha perdido el interés por las actividades cotidianas, se pierde la capacidad de disfrutar y de sentir placer, hay una falta de motivación.

Pérdida de energía: Puede haber fatiga física y mental, que el pensamiento vaya más lento y dificulte terminar las tareas cotidianas que antes se hacían sin problema.

Dificultad para concentrarse: Es muy fácil experimentar distracción, más de lo habitual, que cueste seguir el hilo de las conversaciones, el argumento de una serie, etc.

Dificultad para tomar decisiones: Independientemente de si las decisiones a tomar son pequeñas o grandes.

Sentimientos de culpa e impotencia: La persona puede sentir ser un completo fracaso, que vive en un mundo horrible o que es incapaces de hacer nada, totalmente inútil.

Desesperanza: Puede aparecer una negatividad radical, creyendo que nada bueno ocurrirá jamás, que se está en un callejón sin salida, condenado a sufrir de esa manera. Si la desesperanza se apodera de la vida, es posible que aparezcan ideas de muerte o deseos de hacerse daño. Por eso es importante pedir ayuda lo antes posible.

A modo de resumen, las diferencias más claras entre la tristeza y el trastorno se muestran en la siguiente tabla.

Tristeza

Depresión

 

    Emoción básica y pasajera

    No impide el desarrollo vital

    Es un síntoma de la depresión

    No hay necesidad de terapia

 

Trastorno psicológico duradero

    Interfiere en nuestra vida

    Recoge muchos síntomas

    Hay necesidad de terapia

 


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