Hay que tener en cuenta el objetivo por el
cual se quieren y se intentan establecer las normas. La idea principal es que
el adolescente pronto se convertirá en un adulto y las normas están para
educarle en temas importantes como la libertad y sus límites, la
responsabilidad en cuanto a derechos y deberes, así como el valor de la toma personal
de decisiones y sus posteriores consecuencias. No obstante, que el adolescente
desee saltarse las normas es comprensible, y lo verdaderamente importante en
este aspecto reside en que sepa exactamente dónde están sus limitaciones y los
riesgos que puede correr. Dicho esto, las normas que facilitan
establecer límites claros normalmente se caracterizan por ser:
· Pactadas y constantes
Comparta la fijación de una
norma, que esta tenga un apoyo fruto de la decisión conjunta, haciéndose válida
en la medida en que sea constante. Es esencial que la aplicación de la norma no
sea intermitente o aleatoria, que se aplique no sólo por uno de los padres, que
no se aplique únicamente cuando uno tiene energía para hacerlo o se dé cuando
esté de mal humor.
· Razonadas
Marca la diferencia estableciendo
y manteniendo una norma a partir de unos principios, argumentando los motivos
por los cuales es así, ya que tomar una decisión a la ligera y de manera
caprichosa, enseñará al adolescente una lección de tiranía y de rigidez.
· Congruentes
Muestra coherencia en el plan
educativo, reconociendo que, si uno por ejemplo no es capaz de comunicarse
eficazmente, difícilmente podrá transmitirle buenas dotes comunicativas. Hay
que enseñar aquello que el cuidador es capaz de hacer. Ni más ni menos,
simplemente podemos pedirle aquello que podemos ofrecerle.
· Flexibles
Permita sin excederse que crezca
y que experimente, que tome sus decisiones, que viva las consecuencias,
ofrécele autonomía, pero con cierta contención y presencia. La combinación de
acompañarle y darle un margen para explorar ayudará la construcción de límites
firmes y el resultado de sus actos.
· Necesarias y concretas
El adolescente ya no es un niño y
no necesita tantas guías de conducta. Para que acepte una norma tiene que
comprender su necesidad de implantarse y elaborar de manera vaga un excesivo
número de normas no conseguirán hacerlas más efectivas. De hecho, especificar
cada una de las normas favorecerá que se perciban más sencillas y fáciles de
cumplir. Vale la pena esforzarse para concretar la naturaleza de una norma y su
aplicación.
· Positivas
Enseña las normas poniendo el
acento en aquello que uno debe hacer, lo que se considera correcto y bueno para
él para así promocionar sus cualidades y obtener credibilidad de cara al
futuro, más que en aquello que no debería realizar, es decir, los fallos de su
comportamiento según nuestro punto de vista.
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